Seguimos Aquí
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El sol abandonaba de nuevo a la humanidad, con unos últimos destellos a modo de despedida; para algunos, probablemente la ultima; los humanos que pueblan aquella ciudad regresan a sus hogares, mientras que el astro rey, con la misma propiedad, se esconde en su lecho, ignorante de lo que está apunto de desatar con su mera ausencia, dejando su legado a la luna y las sombras, primas hermanas de la desgracia y los malos augurios, con unos tonos rojizos en el cielo, en un breve lapso antes de que el manto negro cubra el cielo, se augura la sangre vertida con sus colores, en pos de una mera demostración, un mensaje que debía ser enviado con premura a la Sociedad de Almas: Seguimos aquí.
El columpio se balanceó estridente cuando el niño que quedaba sobre él saltó al suelo, corriendo a tomar la mano de su madre, hablando con tranquilidad de aquella cena que les esperaría en casa. Argélion exhaló un suspiro de disgusto a la vez que agachaba la cabeza, ocultando sus ojos, unos ojos fríos a la vez que tristes, compasivos para con aquellas vidas que había de arrebatar, y a la vez mostrando la determinación a tomarlas. Sus ojos se fueron cerrando con los últimos rayos de luz, sentado sobre la barra superior del columpio, con una pierna extendida sobre esta, y la otra flexionada, apoyada en el lateral, como así mismo un brazo se apoyaba en ella. El brazo que quedaba estaba colgando mas allá del apoyo, de forma que no fue difícil que tomara la cadena que hacía de soporte al columpio, frenando su quejido por completo. El niño, extrañado, todavía cerca, se giró, para contemplar como su columpio preferido había simplemente frenado de golpe, la madre le apremio, sin conocimiento alguno de su presencia, al igual que su retoño.
- Esta bien... - murmuró con una voz gélida y a la vez suave, mientras volvía a abrir los ojos, deslizando su iris para mirar a uno de los rincones del parque, en busca de aquellos que se mancharían las manos por él, apoyados sobre sus cuatro extremidades, 5 Hollow esperaban con las larga lenguas colgando mas allá de la ranura de sus mascaras, otorgándoles un aspecto de lo mas perruno. Argélion tan siquiera se molestó a mirarles directamente, llevaban desde buena mañana en el mismo lugar, esperando pacientemente tras haber estado días encerrados sin probar alimento alguno, desesperados por devorar almas, repugnantes a sus ojos, habían sido 6, más uno había cometido la imprudencia de adelantarse a los planes establecidos, siendo cortado en el momento por Argélion - Conocéis las ordenes - afirmó el peliblanco con una mota de desprecio en su voz - Podéis comer cuanto queráis. Pero si encontráis al Shinigami encargado de esta ciudad o a cualquier otro... - hizo una pausa mientras volvía el rostro hacia ellos, mas de uno encogió la cabeza, temeroso de su reacción... eran tan primitivos... - ... debéis volver a este parque de inmediato... ¡Id!
La pequeña elevación de voz fue suficiente, y todos ellos se lanzaron a la carrera en diferentes direcciones, lanzando sus aullidos y gruñidos a la noche, como una promesa de asesinato inmisericorde. Habían sido escogidos por sus sentidos, probablemente se lanzarían primero a por los niños que habían estado contemplando todo el día. Argélion se dejó caer de lo alto del columpio, con una lentitud y gracilidad inusita, como si la misma gravedad no le afectara, sus pies tocaron el suelo, mientras elevaba la mirada a la luna, y se preguntaba, si habría alguien digno de matar en aquella quejumbrosa ciudad.
Mientras. Los Abjuchas obraban su carnicería. Y no pararía de masacrar la población hasta ser detenidos. Un mensaje de lo mas convincente...
El columpio se balanceó estridente cuando el niño que quedaba sobre él saltó al suelo, corriendo a tomar la mano de su madre, hablando con tranquilidad de aquella cena que les esperaría en casa. Argélion exhaló un suspiro de disgusto a la vez que agachaba la cabeza, ocultando sus ojos, unos ojos fríos a la vez que tristes, compasivos para con aquellas vidas que había de arrebatar, y a la vez mostrando la determinación a tomarlas. Sus ojos se fueron cerrando con los últimos rayos de luz, sentado sobre la barra superior del columpio, con una pierna extendida sobre esta, y la otra flexionada, apoyada en el lateral, como así mismo un brazo se apoyaba en ella. El brazo que quedaba estaba colgando mas allá del apoyo, de forma que no fue difícil que tomara la cadena que hacía de soporte al columpio, frenando su quejido por completo. El niño, extrañado, todavía cerca, se giró, para contemplar como su columpio preferido había simplemente frenado de golpe, la madre le apremio, sin conocimiento alguno de su presencia, al igual que su retoño.
- Esta bien... - murmuró con una voz gélida y a la vez suave, mientras volvía a abrir los ojos, deslizando su iris para mirar a uno de los rincones del parque, en busca de aquellos que se mancharían las manos por él, apoyados sobre sus cuatro extremidades, 5 Hollow esperaban con las larga lenguas colgando mas allá de la ranura de sus mascaras, otorgándoles un aspecto de lo mas perruno. Argélion tan siquiera se molestó a mirarles directamente, llevaban desde buena mañana en el mismo lugar, esperando pacientemente tras haber estado días encerrados sin probar alimento alguno, desesperados por devorar almas, repugnantes a sus ojos, habían sido 6, más uno había cometido la imprudencia de adelantarse a los planes establecidos, siendo cortado en el momento por Argélion - Conocéis las ordenes - afirmó el peliblanco con una mota de desprecio en su voz - Podéis comer cuanto queráis. Pero si encontráis al Shinigami encargado de esta ciudad o a cualquier otro... - hizo una pausa mientras volvía el rostro hacia ellos, mas de uno encogió la cabeza, temeroso de su reacción... eran tan primitivos... - ... debéis volver a este parque de inmediato... ¡Id!
La pequeña elevación de voz fue suficiente, y todos ellos se lanzaron a la carrera en diferentes direcciones, lanzando sus aullidos y gruñidos a la noche, como una promesa de asesinato inmisericorde. Habían sido escogidos por sus sentidos, probablemente se lanzarían primero a por los niños que habían estado contemplando todo el día. Argélion se dejó caer de lo alto del columpio, con una lentitud y gracilidad inusita, como si la misma gravedad no le afectara, sus pies tocaron el suelo, mientras elevaba la mirada a la luna, y se preguntaba, si habría alguien digno de matar en aquella quejumbrosa ciudad.
Mientras. Los Abjuchas obraban su carnicería. Y no pararía de masacrar la población hasta ser detenidos. Un mensaje de lo mas convincente...
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- Usaré Steel Blue
Argélion- Decima Espada
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Fecha de inscripción : 13/07/2011
Re: Seguimos Aquí
Una garganta se abrió un poco más atrás de donde Argélion se encontraba, un agujero negro en el oscuro cielo del que salió una figura ataviada del blanco más puro. Un faldón largo que rozaba sus pies, cubiertos por unas formes botas, abierta hasta tan arriba que podían verse sus firmes muslos con cada paso que la mujer daba. Como acompañamiento a al falda un corsé blanco que estilizaba su figura, resaltando sus encantos más destacados.
-¿Ya estás jugando por aquí, Argélion?- su voz sonó traviesa, acompañada de una sonrisa maliciosa que potenciaba esa sensación. Su cabello azul como la noche ondeaba con la brisa y brillaba cuando la tenue luz de la luna incidía directamente sobre ellos.
Observó en silencio la ciudad, tranquila, aunque los primeros gritos de las victimas que se habían cruzado, por desgracia, con los Abjucha rompían el silencio. Se concentró, cruzada de brazos, en intentar encontrar algún rastro de reiatsu que delatara la posición de algún shinigami.
-¿No crees que ha sido un aaque demasiado precipitado?- dijo tras unos segundos de reflexión, mirando de reojo a su compañero. esta vez sí parecía algo más seria - Las lineas enemigas dudo que se hayan recuperado lo suficiente como para poder divertiros de verdad, como nosotros...- paladeó un instante sus palabras... incluso ellos eran aún muy pocos, a penas dos Espada y su señor.
Tras la guerra anterior que había sucedido entre la Sociedad de Almas y Hueco Mundo, las líneas de batalla de ambos bandos se habían visto drásticamente menguadas. Se paró a pensar un instante y suspiró: con que los shinigamis hubieran recuperado una cuarta parte de lo perdido, ya les superarían en número.
-Argélion-dijo tras unos instantes de reflexión, girando su cuerpo hacia él -¿Zeero-sama está al corriente de este ataque? ¿O ha sido una de tus... brillantes ideas?- las últimas palabras, en sus labios, sonaron incluso algo irónicas.
-¿Ya estás jugando por aquí, Argélion?- su voz sonó traviesa, acompañada de una sonrisa maliciosa que potenciaba esa sensación. Su cabello azul como la noche ondeaba con la brisa y brillaba cuando la tenue luz de la luna incidía directamente sobre ellos.
Observó en silencio la ciudad, tranquila, aunque los primeros gritos de las victimas que se habían cruzado, por desgracia, con los Abjucha rompían el silencio. Se concentró, cruzada de brazos, en intentar encontrar algún rastro de reiatsu que delatara la posición de algún shinigami.
-¿No crees que ha sido un aaque demasiado precipitado?- dijo tras unos segundos de reflexión, mirando de reojo a su compañero. esta vez sí parecía algo más seria - Las lineas enemigas dudo que se hayan recuperado lo suficiente como para poder divertiros de verdad, como nosotros...- paladeó un instante sus palabras... incluso ellos eran aún muy pocos, a penas dos Espada y su señor.
Tras la guerra anterior que había sucedido entre la Sociedad de Almas y Hueco Mundo, las líneas de batalla de ambos bandos se habían visto drásticamente menguadas. Se paró a pensar un instante y suspiró: con que los shinigamis hubieran recuperado una cuarta parte de lo perdido, ya les superarían en número.
-Argélion-dijo tras unos instantes de reflexión, girando su cuerpo hacia él -¿Zeero-sama está al corriente de este ataque? ¿O ha sido una de tus... brillantes ideas?- las últimas palabras, en sus labios, sonaron incluso algo irónicas.
- Spoiler:
- color de Shesla Turquoise
Ala, entro yo para ver si movemos un poco el tema... buscaré la manera de que algún shinigami entre al trapo o algo >.<
Shesla- Primera Espada
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Fecha de inscripción : 05/07/2011
Edad : 38
Re: Seguimos Aquí
El rasgar del mismo espacio era un ruido al que Argélion jamás se acostumbraría, como un trapo roto, y de cierta forma, lo impregnaba todo de una sensación húmeda, que en lo sumo, le desagradaba. La mirada se volvió de medio lado a su compañera, con cierta indiferencia, que no pareció ceder cuando sus ojos recorrieron su figura desde los pies a la cabeza, con tanto descaro como molesta quietud, hasta que finalmente se encontrara con sus ojos. Primera entre iguales, mas bien un bonito adorno, pero Argélion no ponía en palabras sus pensamientos, ante su primera cuestión, se limitó a apartar la mirada sosegadamente, en dirección a la entrada del parque. Los primeros gritos se habían sucedido, algo que consiguió que frunciera levemente el ceño, el enemigo tardaba demasiado en mostrar su cara.
- Es precipitado - corroboró Argélion ante su pregunta, prácticamente cortándola a mitad de frase, como si ella fuera una molestia, compañía no deseada. En realidad, su forma de tratarla no difería demasiado de las escasas ocasiones en las que se habían topado en Las Noches, tras la argumentativa de la mujer, Argélion se volvió hacia ella con cierto disgusto gravado en la cara, viendo su corrección como un desafío, y por otra parte uso de su rango superior a él - Precisamente por ello solo he traído a los perros. Y es el mas débil de los espada el que se ha presentado aquí esta noche - comentó en alusión directa a su persona, antes de que un ramalazo de hostilidad recorriera su expresión mientras se volvía hacia ella - probablemente por eso, una muy preocupada 1ª Espada venga a supervisarme - esperó la respuesta a aquella declaración directa un instante antes de volverse bruscamente de nuevo, volviendo su rostro de nuevo una mascara de frialdad sin posibilidad de escrutiño, los gritos se sucedían, y o bien los perros estaban desobedeciendo sus ordenes de no afrontar al enemigo... o los Shinigamis estaban mucho mas diezmados de lo que la inteligencia de huecco mundo aseguraba.
La provocación implícita en las ultimas palabras de aquella, para él, solo la golosina de un líder caprichoso, fue suficiente como para que elevara la cabeza por encima de su hombro izquierdo, mirándola como un halcón podría mirar a una ardilla paseando en campo raso, su mano derecha desabrochó el botón que mantenía sujeta su blanca gabardina, dejando ver el mango de la espada, a tiempo que la mano de forma sosegada, se dejaba caer a apenas unos centímetros de la empuñadura, par apoyar con este pausado movimiento el brazo en el mango - Está al corriente - las palabras, aunque cargadas de significado, no dejaban de ser frías y carentes de tono. Una vez dicho esto, se limitó a mirar a la ciudad, cubiertas de luces, con los gritos armonizando cada pocos minutos con el mecer del viento.
- Es precipitado - corroboró Argélion ante su pregunta, prácticamente cortándola a mitad de frase, como si ella fuera una molestia, compañía no deseada. En realidad, su forma de tratarla no difería demasiado de las escasas ocasiones en las que se habían topado en Las Noches, tras la argumentativa de la mujer, Argélion se volvió hacia ella con cierto disgusto gravado en la cara, viendo su corrección como un desafío, y por otra parte uso de su rango superior a él - Precisamente por ello solo he traído a los perros. Y es el mas débil de los espada el que se ha presentado aquí esta noche - comentó en alusión directa a su persona, antes de que un ramalazo de hostilidad recorriera su expresión mientras se volvía hacia ella - probablemente por eso, una muy preocupada 1ª Espada venga a supervisarme - esperó la respuesta a aquella declaración directa un instante antes de volverse bruscamente de nuevo, volviendo su rostro de nuevo una mascara de frialdad sin posibilidad de escrutiño, los gritos se sucedían, y o bien los perros estaban desobedeciendo sus ordenes de no afrontar al enemigo... o los Shinigamis estaban mucho mas diezmados de lo que la inteligencia de huecco mundo aseguraba.
La provocación implícita en las ultimas palabras de aquella, para él, solo la golosina de un líder caprichoso, fue suficiente como para que elevara la cabeza por encima de su hombro izquierdo, mirándola como un halcón podría mirar a una ardilla paseando en campo raso, su mano derecha desabrochó el botón que mantenía sujeta su blanca gabardina, dejando ver el mango de la espada, a tiempo que la mano de forma sosegada, se dejaba caer a apenas unos centímetros de la empuñadura, par apoyar con este pausado movimiento el brazo en el mango - Está al corriente - las palabras, aunque cargadas de significado, no dejaban de ser frías y carentes de tono. Una vez dicho esto, se limitó a mirar a la ciudad, cubiertas de luces, con los gritos armonizando cada pocos minutos con el mecer del viento.
- OFF-TOPIC:
- Las opiniones de mi personaje, no son las mías, es mera interpretación. Llevo al chulo de turno, frío y desagradable, así que siento el alejarme de los hilos de las conversaciones, no significa que yo no quiera seguir con la trama, sino que mi personaje es reacio a hablar de mas. Por otra parte, gracias nana por darme algo de vidilla D:
Argélion- Decima Espada
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 13/07/2011
Re: Seguimos Aquí
Al espada no parecía haberle agradado mucho la visita de Shesla, pero eso era, precisamente, lo mejor para ella. provocarles, chincharles e incluso en ocasiones dejarles por debajo era una de sus mayores diversiones. A parte, claro está, de su amor por la tortura. Se relamió ligeramente los labios al escucharle hablar, dibujándose en sus labios una sonrisa entre taviesa y cruel.
-Precisamente por ello solo he traído a los perros. Y es el mas débil de los espada el que se ha presentado aquí esta noche- una pequeña risita brotó al escucharle, colocando las manos tras la espalda y balanceándose de alante hacia atrás tranquilamente -probablemente por eso, una muy preocupada 1ª Espada venga a supervisarme.
-No sabía que tuvieras esa opinión de mi, Argélion-san- con un elegante movimiento, quizá un poco más rápido de lo que le habría gustado, se colocó detrás de él, pasando sus manos, inocentemente, por los laterales de su cuerpo. A sabiendas de lo reacio que era a cualquier tipo de relación con sus compañeros, pegó su cuerpo a su espalda, acercando sus labios al oído del espada -pero creo que me malinterpretaste- el susurro fue aún más sensual de lo que había planeado, pero si aquello le molstaba más, era mucho mejor. Se apartó con una pequeña carcajada antes de que pudiera recriminarle algo.
En cuanto supo que Zeero-sama estaba al corriente de la actuación de su compañero, se quedó unos instantes observando el panorama, escuchando los gritos que causaban los seres que el mismo Argélion había dejado sueltos para intentar atraer a sus eternos enemigos. Suspiró tan solo un instante... Si ellos habían sufrido bajas, era lógico que el Seretei aún más debido al sorpresivo ataque, lo cual quería decir que había menos shinigamis a los que torturar "Qué aburrido..." pensó por un instante.
-Ne, Argelion-san... ¿crees que pronto podremos volver a hacernos con algunos rehenes? Me gustaría poder darle un poco de vida a Hueco mundo con sus gritos.
-Precisamente por ello solo he traído a los perros. Y es el mas débil de los espada el que se ha presentado aquí esta noche- una pequeña risita brotó al escucharle, colocando las manos tras la espalda y balanceándose de alante hacia atrás tranquilamente -probablemente por eso, una muy preocupada 1ª Espada venga a supervisarme.
-No sabía que tuvieras esa opinión de mi, Argélion-san- con un elegante movimiento, quizá un poco más rápido de lo que le habría gustado, se colocó detrás de él, pasando sus manos, inocentemente, por los laterales de su cuerpo. A sabiendas de lo reacio que era a cualquier tipo de relación con sus compañeros, pegó su cuerpo a su espalda, acercando sus labios al oído del espada -pero creo que me malinterpretaste- el susurro fue aún más sensual de lo que había planeado, pero si aquello le molstaba más, era mucho mejor. Se apartó con una pequeña carcajada antes de que pudiera recriminarle algo.
En cuanto supo que Zeero-sama estaba al corriente de la actuación de su compañero, se quedó unos instantes observando el panorama, escuchando los gritos que causaban los seres que el mismo Argélion había dejado sueltos para intentar atraer a sus eternos enemigos. Suspiró tan solo un instante... Si ellos habían sufrido bajas, era lógico que el Seretei aún más debido al sorpresivo ataque, lo cual quería decir que había menos shinigamis a los que torturar "Qué aburrido..." pensó por un instante.
-Ne, Argelion-san... ¿crees que pronto podremos volver a hacernos con algunos rehenes? Me gustaría poder darle un poco de vida a Hueco mundo con sus gritos.
- Spoiler:
- Jajajaja bah, no te preocupes, si ya me he imaginado que era el personaje... hay que saber diferenciar una cosa de otra, sino... creo que se armarían demasiados follones. pero mira, asi mejor, Shesla puede molestarle más XDDD Y de nada, hombre ¡Para eso estamos! La cosa es rolear un rato, sea como sea =D
Shesla- Primera Espada
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Fecha de inscripción : 05/07/2011
Edad : 38
Re: Seguimos Aquí
El mensaje había tardado lo lógico en llegar. Un ataque en Karakura de mayor calibre del que podría soportar el propio shinigami encargado del territorio había acontecido y el propio capitán, a falta de otros oficiales mas capacitados, tomó como era de esperar el control de la situación. Reunió un pequeño grupo de asalto con los mas hábiles de sus hombres y se preparó rápidamente para partir al mundo mortal.
- Muchachos, ya lo hemos practicado en varias ocasiones - declaró ante el senkaimon a sus subordinados, con tono medianamente serio, el cual era muy poco habitual que brotase de sus labios - Debeis combinar vuestras habilidades, cubriros mutuamente y eliminar al enemigo en conjunto para evitar bajas innecesarias. ¿Lo habeis entendido? - la pregunta sonó firme y directa, esperando que su gente pudiese afrontar la situación con facilidad.
- ¡Señor, si, señor! - sonaron las voces que conformaban el grupo al unísono, respondiendo las espectativas de su capitán, que esperaba un buen trabajo proveniente de estos jovenes shinigamis.
A penas unos minutos habían pasado desde ese instante, y ya por fin los grupos se habían dividido en la oscuridad de la profunda noche en Karakura. Los alrededores del parque parecían abandonados, cosa que parecía lógica en cuanto a la hora del susodicho ataque. No pudo evitar sentir mas reiatsu que lo que el propio informe del mundo mortal decía, quizás no era tan preciso como sus años de experiencia, pero aquella fuente de poder espiritual permanecía inmovil, mientras que las provenientes de los demás hollows no paraban quietas, notando como el propio reiatsu de sus subordinados se acercaban satisfactoriamente a sus respectivas presas.
Él mismo se acercó rápidamente al lugar donde sentia luchar al propio encargado de la ciudad, los hollows, y su naturaleza agresiva, no se podían ocultar de el por mucho que lo quisieran, y en cuanto llegó al lugar, un rápido corte desintegró por completo al adjuchas gracias a la velocidad y al efecto sorpresa.
- No te muevas, un equipo vendrá a tu posición - y sin dejar opción a replica desapareció de nuevo en la noche, encargándose por el camino de otro de esos seres descerebrados que simplemente buscaban saciar su apetito.
Una vez todos encontraron sus objetivos y estando solamente aisladas las presencias mas fuertes decidió avisar por anticipado de sus movimientos, convocando una mariposa infernal para comunicar un mensaje a la sociedad de almas - "A parte de los sujetos detectados, se ha asegurado la presencia de mas seres, y acorde a su energía epritual podría tratarse facilmente de arrancar. Solicito refuerzos mientras se realiza la investigación" - breve y conciso, el mensaje era claro como el agua, dejando marchar así la mariposa hacia los puestos de recepción del gotei 13, esperando que los refuerzos llegaran lo antes posible para evitar una desgracia en caso de entrar en combate con aquellos seres.
Escasos segundos le llevaron a los alrededores del parque infantil, deambulando entre los árboles que se mecían gracias a la brisa nocturna. No se había parado a observar el paisaje en ningun momento, pues la misión era lo que más prioridad tenía, y ahora que se acercaba a su "no macado" objetivo, procurando ocultar en lo máximo posible su poder espiritual, intentando pasar desaprecibido para observar el lugar y a sus enemigos.
- Muchachos, ya lo hemos practicado en varias ocasiones - declaró ante el senkaimon a sus subordinados, con tono medianamente serio, el cual era muy poco habitual que brotase de sus labios - Debeis combinar vuestras habilidades, cubriros mutuamente y eliminar al enemigo en conjunto para evitar bajas innecesarias. ¿Lo habeis entendido? - la pregunta sonó firme y directa, esperando que su gente pudiese afrontar la situación con facilidad.
- ¡Señor, si, señor! - sonaron las voces que conformaban el grupo al unísono, respondiendo las espectativas de su capitán, que esperaba un buen trabajo proveniente de estos jovenes shinigamis.
A penas unos minutos habían pasado desde ese instante, y ya por fin los grupos se habían dividido en la oscuridad de la profunda noche en Karakura. Los alrededores del parque parecían abandonados, cosa que parecía lógica en cuanto a la hora del susodicho ataque. No pudo evitar sentir mas reiatsu que lo que el propio informe del mundo mortal decía, quizás no era tan preciso como sus años de experiencia, pero aquella fuente de poder espiritual permanecía inmovil, mientras que las provenientes de los demás hollows no paraban quietas, notando como el propio reiatsu de sus subordinados se acercaban satisfactoriamente a sus respectivas presas.
Él mismo se acercó rápidamente al lugar donde sentia luchar al propio encargado de la ciudad, los hollows, y su naturaleza agresiva, no se podían ocultar de el por mucho que lo quisieran, y en cuanto llegó al lugar, un rápido corte desintegró por completo al adjuchas gracias a la velocidad y al efecto sorpresa.
- No te muevas, un equipo vendrá a tu posición - y sin dejar opción a replica desapareció de nuevo en la noche, encargándose por el camino de otro de esos seres descerebrados que simplemente buscaban saciar su apetito.
Una vez todos encontraron sus objetivos y estando solamente aisladas las presencias mas fuertes decidió avisar por anticipado de sus movimientos, convocando una mariposa infernal para comunicar un mensaje a la sociedad de almas - "A parte de los sujetos detectados, se ha asegurado la presencia de mas seres, y acorde a su energía epritual podría tratarse facilmente de arrancar. Solicito refuerzos mientras se realiza la investigación" - breve y conciso, el mensaje era claro como el agua, dejando marchar así la mariposa hacia los puestos de recepción del gotei 13, esperando que los refuerzos llegaran lo antes posible para evitar una desgracia en caso de entrar en combate con aquellos seres.
Escasos segundos le llevaron a los alrededores del parque infantil, deambulando entre los árboles que se mecían gracias a la brisa nocturna. No se había parado a observar el paisaje en ningun momento, pues la misión era lo que más prioridad tenía, y ahora que se acercaba a su "no macado" objetivo, procurando ocultar en lo máximo posible su poder espiritual, intentando pasar desaprecibido para observar el lugar y a sus enemigos.
Urahara_Zen- Capitan del 13º Escuadrón
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Fecha de inscripción : 04/07/2011
Re: Seguimos Aquí
Había llegado un aviso pidiendo refuerzos en Karakura por la posible presencia de arrancar y aquello había hecho que en su intrior se encendiera la llama de la lucha... era una buena manera de desfogarse, de soltar de manera productiva la rabia que tenía dentro sin necesidad de machacarse hasta la extenuación. Sabía que su capitán acudiría enseguida, asi que ella misma, como Comandante del Onmitsukidō, pidió permiso para la apertura de una puerta y acceder al senkaimon para ir a Karakura.
Con un par de shunpo se encontró al otro lado del tunel mientras la puerta se abría para ella. Estaba nerviosa, excitada por volver a la acción... casi podía sentir su propio puño hundiéndose en el cuerpo de aquellos seres despreciables, podía sentir sus huesos romperse bajo su fuerza. tembló ligeramente y una sonrisa felina apareció en sus labios cuando pudo ver el oscuro cielo de Karakura.
Enseguida se percató de las fuerzas que había en la zona: shinigamis rasos luchando contra hollows con un poder espiritual alto, posiblemente abjucha. estuvo tentada a correr hacia uno de ellos para destrozarlo a base de golpes antes de acabar con él usando a Amenonuhoko.
-¿No vas a ir?- la voz de Ame la sobresaltó y enseguida vio cómo un montón de espiritrones conformaban a su lado una pequeña figura, poco más bajita que ella. Era una niña de cabellos verdes como la hierba, a conjunto con sus grandes ojos. pese a que su expresión era seria y tranquila, casi aburrida, ryo sabía que era igual que dulce y amigable que ella cuando quería y que sus ansias de sangre eran incluso mayores.
-Tienes ganas de pelea ¿eh? Ya somos dos- dijo mientras buscaba con la mirada a aquel que había enviado el aviso. Cuando le vio, señaló hacia él -Pero ahora es él quien me interesa ¿vamos?
-No sé cómo puede gustarte- dijo la niña, encabezando la marcha con una tranquilidad pasmosa, como quien pasea por el campo en una cálida tarde de primavera -No se peina y seguro que le gustan las de tetas grandes.
-¡C-cállate!- dijo la shinigami completamente roja mientras caminaba con paso firme, adelantando a su zanpakutou y llevandose las manos a sus pechos, apretandolos un poco -Las mias no son pequeñas...- acabó por murmurar.
Un minuto después estaba situada al lado de Zen, con ame un par de pasos detrás. hasta que no hiciera falta que usara la espada, solía quedarse detrás observando la batalla. Ryo carraspeó ligeramente y sonrió con malicia.
-Parece que volvemos por fin a la acción... ¿Nervioso?
Con un par de shunpo se encontró al otro lado del tunel mientras la puerta se abría para ella. Estaba nerviosa, excitada por volver a la acción... casi podía sentir su propio puño hundiéndose en el cuerpo de aquellos seres despreciables, podía sentir sus huesos romperse bajo su fuerza. tembló ligeramente y una sonrisa felina apareció en sus labios cuando pudo ver el oscuro cielo de Karakura.
Enseguida se percató de las fuerzas que había en la zona: shinigamis rasos luchando contra hollows con un poder espiritual alto, posiblemente abjucha. estuvo tentada a correr hacia uno de ellos para destrozarlo a base de golpes antes de acabar con él usando a Amenonuhoko.
-¿No vas a ir?- la voz de Ame la sobresaltó y enseguida vio cómo un montón de espiritrones conformaban a su lado una pequeña figura, poco más bajita que ella. Era una niña de cabellos verdes como la hierba, a conjunto con sus grandes ojos. pese a que su expresión era seria y tranquila, casi aburrida, ryo sabía que era igual que dulce y amigable que ella cuando quería y que sus ansias de sangre eran incluso mayores.
-Tienes ganas de pelea ¿eh? Ya somos dos- dijo mientras buscaba con la mirada a aquel que había enviado el aviso. Cuando le vio, señaló hacia él -Pero ahora es él quien me interesa ¿vamos?
-No sé cómo puede gustarte- dijo la niña, encabezando la marcha con una tranquilidad pasmosa, como quien pasea por el campo en una cálida tarde de primavera -No se peina y seguro que le gustan las de tetas grandes.
-¡C-cállate!- dijo la shinigami completamente roja mientras caminaba con paso firme, adelantando a su zanpakutou y llevandose las manos a sus pechos, apretandolos un poco -Las mias no son pequeñas...- acabó por murmurar.
Un minuto después estaba situada al lado de Zen, con ame un par de pasos detrás. hasta que no hiciera falta que usara la espada, solía quedarse detrás observando la batalla. Ryo carraspeó ligeramente y sonrió con malicia.
-Parece que volvemos por fin a la acción... ¿Nervioso?
Re: Seguimos Aquí
Ahi se mantuvo, oculto entre las sombras y la oscuridad que proporcionaban los árboles del parque, observando ambas figuras vestidas de blanco, concentrado en ocultar su reiatsu e intentando adivinar cual sería el propósito que les llevó alli. Sin embargo, una vocecita le sacó de sus cavilaciones, parpadeando repetidas veces antes de girarse a comprobar quien se hallaba a su lado.
- ¿Nervioso? ¿yo? - se señaló a si mismo, con cierta cara de pasmo. Sabía que alguien acudiría rápidamente, pero que lo hiciese tan rápido le sorprendió sobremanera, y nada menos que su pequeña mejor amiga - Yo estoy bien. Y habla mas bajo, no nos vayan a oir - susurró, asintiendo firmemente y dirigiendo la mirada de neuvo al frente.
Al tiempo que redirigía la mirada, de entre las sombras brotó la figura de un demonio, con sus membranosas alas replegadas a su espalda, aferrandose con sus garras a las ramas del arbol en una pose de depredador a punto de abalanzarse hacia su presa.
- Al final voy a tener que ir yo a entretenerme un poco - rió el demonio de tal forma de que solo ellos pudiesen escucharle, preparando sus musculos, contrayéndolos para lanzarse al ataque a la mínima dde cambio.
- No seas irresponsable! - intentó alzar la voz pese a seguir hablando en susurros - No hagas ninguna estupidez - refunfuó y dirigió su vista al frente de nuevo, volviendo su rostro hacia su compañera - Estate preparada. Es mejor evitar el enfrentamiento directo, ya que no conocemos le alcance de sus poderes - asintió firmemente, esperando qeu eso bastase para qeu su violenta zampakutoh y la albina teniente se mantuviesen atentos pero sin ganas incesantes de buscar bronca.
- ¿Nervioso? ¿yo? - se señaló a si mismo, con cierta cara de pasmo. Sabía que alguien acudiría rápidamente, pero que lo hiciese tan rápido le sorprendió sobremanera, y nada menos que su pequeña mejor amiga - Yo estoy bien. Y habla mas bajo, no nos vayan a oir - susurró, asintiendo firmemente y dirigiendo la mirada de neuvo al frente.
Al tiempo que redirigía la mirada, de entre las sombras brotó la figura de un demonio, con sus membranosas alas replegadas a su espalda, aferrandose con sus garras a las ramas del arbol en una pose de depredador a punto de abalanzarse hacia su presa.
- Al final voy a tener que ir yo a entretenerme un poco - rió el demonio de tal forma de que solo ellos pudiesen escucharle, preparando sus musculos, contrayéndolos para lanzarse al ataque a la mínima dde cambio.
- No seas irresponsable! - intentó alzar la voz pese a seguir hablando en susurros - No hagas ninguna estupidez - refunfuó y dirigió su vista al frente de nuevo, volviendo su rostro hacia su compañera - Estate preparada. Es mejor evitar el enfrentamiento directo, ya que no conocemos le alcance de sus poderes - asintió firmemente, esperando qeu eso bastase para qeu su violenta zampakutoh y la albina teniente se mantuviesen atentos pero sin ganas incesantes de buscar bronca.
- Offrol:
- Para que se sepa, Gotsutawaru, osease mi zampakutoh, al ser tan siniestra y tan suya (ya que normalmente poco habla y si lo hace lo hace con Zen y ya) usa el color negro, asi qeu si quereis leer loq eu dice ya estais remarcando la linea XD
Urahara_Zen- Capitan del 13º Escuadrón
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Fecha de inscripción : 04/07/2011
Re: Seguimos Aquí
El espíritu de la zanpakutou de zen había aparecido también, lo que hizo que tanto la peliblanca como la propia Ame se giraran hacia allí. Parecía tener tantas ganas de pelea como ellas, pero el moreno quería extremar precauciones por si acaso.
- Estate preparada. Es mejor evitar el enfrentamiento directo, ya que no conocemos le alcance de sus poderes - le susurró su compañero. Ryo asintió firmemente, mirandole y mirando luego al frente.
-Nunca pensé que tendríamos que enfrentarnos a Arrancar de nuevo tan pronto... Esto me da muy mala espina, Zen- pocas veces se ponía seria, pero cuando tenía que hacerlo, lo hacía, y aquella situaión la estaba incomodando mucho. Después de todo lo que pasó el Seretei con el anterior ataque, la reaparición tan temprana de Arrancar solo era un mal augurio.
-¿No sería más eficiente atacar directamente? Sería un ataque sorpresa- susurró Ame, mirando hacia su dueña.
-Shhhh, ahora estamos bajo el mando de Zen-u... digo, del Capitán urahara. Yo soy una teniente así que tengo que obedecer en todo lo que diga. Y tú en lo que yo te diga a ti- dijo la muchacha, asintiendo.
-Sosa- susurró la pequeña niña antes de gatear hacia Gotsutawaru, que él parecía tener su misma opinión.
- Estate preparada. Es mejor evitar el enfrentamiento directo, ya que no conocemos le alcance de sus poderes - le susurró su compañero. Ryo asintió firmemente, mirandole y mirando luego al frente.
-Nunca pensé que tendríamos que enfrentarnos a Arrancar de nuevo tan pronto... Esto me da muy mala espina, Zen- pocas veces se ponía seria, pero cuando tenía que hacerlo, lo hacía, y aquella situaión la estaba incomodando mucho. Después de todo lo que pasó el Seretei con el anterior ataque, la reaparición tan temprana de Arrancar solo era un mal augurio.
-¿No sería más eficiente atacar directamente? Sería un ataque sorpresa- susurró Ame, mirando hacia su dueña.
-Shhhh, ahora estamos bajo el mando de Zen-u... digo, del Capitán urahara. Yo soy una teniente así que tengo que obedecer en todo lo que diga. Y tú en lo que yo te diga a ti- dijo la muchacha, asintiendo.
-Sosa- susurró la pequeña niña antes de gatear hacia Gotsutawaru, que él parecía tener su misma opinión.
Re: Seguimos Aquí
Estaba disfrutando de lo lindo al ver a los shinigamis que habían llegado ir directamente hacia los hollow. Se sintió incluso excitada de tan solo verlo. Se relamió los labios ¿Cuánto tiempo tardarían en llegar los de más alto nivel? Por el bien de aquellos hombres más le valía que tardaran poco, aunque por ella... ¿Qué más daba? Podría coger a los más atractivos y hacerlos sus exclavos, sacarles toda la información mediante todas y cada una de sus torturas.
-Eso sería maravilloso- susurró para sí misma. Pero había algo, lo notó de repente. Algo había hecho que el reiatsu de la zona subiera... había sido una subida muy leve ¿Sería posible que...? No cabía en sí de gozo, si había alguien más allí escondido podría comenzar su juego. Rió, rió casi histéricamente a la vez que comenzaba a dejar salir su reiatsu en una fuerte oleada de poder. Quería alertarlos, les estaba echando el anzuelo ¡Quería jugar con esos shinigamis!
-Eso sería maravilloso- susurró para sí misma. Pero había algo, lo notó de repente. Algo había hecho que el reiatsu de la zona subiera... había sido una subida muy leve ¿Sería posible que...? No cabía en sí de gozo, si había alguien más allí escondido podría comenzar su juego. Rió, rió casi histéricamente a la vez que comenzaba a dejar salir su reiatsu en una fuerte oleada de poder. Quería alertarlos, les estaba echando el anzuelo ¡Quería jugar con esos shinigamis!
Shesla- Primera Espada
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