Presentación oficial >.<
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Presentación oficial >.<
Si había ido temblando como un flan al segundo escuadrón, no había palabras para describir cómo iba a la comandancia. Cierto era que la capitana Hiramura había sido muy amable y sentía que aquella visita no sólo no había sido en balde, sino muy fructífera y agradable, pero ir a la comandancia me parecía totalmente diferente. "¿Por qué le haría caso?" pensé. Había sido mi padre quien me había convencido de ir allí antes que pasarme por las dependencias de Zen o Nariel. Según decía como eran mis amigos aquellas visitas no tendrían ningún mérito y necesitaba un reto de verdad. "Menudo reto" medité mientras no dejaba de pensar en el fiero aspecto del capitán comandante, guerrero curtido en mil batallas. Un tío imponente que incluso a mi padre le sacaba un palmo, ¿qué hacía un mico como yo yendo a visitar a semejante personalidad? Seguro que tenía cosas mejores que hacer...
Ya estaba a punto de darme la vuelta, cuando me di cuenta que había llegado a las dependencias de la primera división y estaba ante los guardias. Se habían cuadrado ante mi llegada y me abrieron el paso. "Oh, oh... ya no puedo echarme atrás" pensé tragando saliva. Según entré, me coloqué de nuevo la placa de teniente, que ya estaba perfectamente en su sitio, y mientras caminaba buscaba cualquier reflejo donde ver cualquier mal pliegue en el uniforme, un mechón de pelo descolocado, lo que fuera. Pero todo seguía igual de impecable como las 100 veces antes que me había mirado en el tercer escuadrón.
Suspiré según vi al fondo del pasillo la puerta de su despacho y miré un momento a la cestita de las pastas. Había planificado la visita igual que en el segundo escuadrón: en la hora tonta de la tarde donde ya se ha terminado la jornada, pero aún se están recogiendo los últimos papeles. Llevaba un surtido de pastas similar a la otra visita, puesto que tampoco conocía los gustos del comandante, así que de nuevo hice un surtido variado. Únicamente, al ser un hombre considerablemente corpulento, añadí más mantequilla y azúcar a la receta, para que fueran más consistentes y llenaran más. Con la otra capitana no lo había hecho para no darle problemas con su línea, por si acaso le preocupaban aquellas cosas.
Y por fin ya estaba, delante de la puerta de su despacho. Me paré y llamé a la puerta. O al menos esa era mi intención, pero de los nervios apenas sí rocé la puerta con los nudillos. Respiré hondo al darme cuenta de lo estúpido que resultaba. "A ver... es el comandante. Si la visita es inapropiada me despedirá elegantemente y ya está" pensé esperando que realmente eso fuera lo peor que podría pasar. Bastó ese instante para que mi mano se apoyara de nuevo en la puerta y, esta vez sí, llamara dos veces con los nudillos como es debido.
Toc, toc...
Ya estaba a punto de darme la vuelta, cuando me di cuenta que había llegado a las dependencias de la primera división y estaba ante los guardias. Se habían cuadrado ante mi llegada y me abrieron el paso. "Oh, oh... ya no puedo echarme atrás" pensé tragando saliva. Según entré, me coloqué de nuevo la placa de teniente, que ya estaba perfectamente en su sitio, y mientras caminaba buscaba cualquier reflejo donde ver cualquier mal pliegue en el uniforme, un mechón de pelo descolocado, lo que fuera. Pero todo seguía igual de impecable como las 100 veces antes que me había mirado en el tercer escuadrón.
Suspiré según vi al fondo del pasillo la puerta de su despacho y miré un momento a la cestita de las pastas. Había planificado la visita igual que en el segundo escuadrón: en la hora tonta de la tarde donde ya se ha terminado la jornada, pero aún se están recogiendo los últimos papeles. Llevaba un surtido de pastas similar a la otra visita, puesto que tampoco conocía los gustos del comandante, así que de nuevo hice un surtido variado. Únicamente, al ser un hombre considerablemente corpulento, añadí más mantequilla y azúcar a la receta, para que fueran más consistentes y llenaran más. Con la otra capitana no lo había hecho para no darle problemas con su línea, por si acaso le preocupaban aquellas cosas.
Y por fin ya estaba, delante de la puerta de su despacho. Me paré y llamé a la puerta. O al menos esa era mi intención, pero de los nervios apenas sí rocé la puerta con los nudillos. Respiré hondo al darme cuenta de lo estúpido que resultaba. "A ver... es el comandante. Si la visita es inapropiada me despedirá elegantemente y ya está" pensé esperando que realmente eso fuera lo peor que podría pasar. Bastó ese instante para que mi mano se apoyara de nuevo en la puerta y, esta vez sí, llamara dos veces con los nudillos como es debido.
Toc, toc...
Tatsumiya_Madoka- Teniente del 3º Escuadrón
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 03/07/2011
Edad : 39
Localización : Madrid - ESPAÑA
Re: Presentación oficial >.<
Se oyó un leve estruendo, como de un libro cayendo al suelo quizás, seguido de papeles y un leve golpe en la mesa, todo muy acelerado, antes de que sonase su potente voz desde el interior del despacho.
- ¡Adelante! ¡Está abierto!
En el interior, estaba el Comandante, tras un amplio escritorio lleno de papeles y parecía revisar con atención unos informes... solamente el hecho de que el pincel estuviese seco, que estuviese algo más despeinado de lo usual y los ruidos que se habían oído podían delatar el hecho de que probablemente estaba vagueando, quizás incluso durmiendo en horas de trabajo.
- ¡Adelante! ¡Está abierto!
En el interior, estaba el Comandante, tras un amplio escritorio lleno de papeles y parecía revisar con atención unos informes... solamente el hecho de que el pincel estuviese seco, que estuviese algo más despeinado de lo usual y los ruidos que se habían oído podían delatar el hecho de que probablemente estaba vagueando, quizás incluso durmiendo en horas de trabajo.
Mitsurugi Renjiro- Comandante General del Seireitei (Admin)
- Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 05/07/2011
Re: Presentación oficial >.<
Nada más llamar, oí un estruendo como de algo que se hubiera caído. Me quedé parada en ese momento, preguntándome qué podría haber pasado, pero entonces una voz me indicó que pasara. Era masculina y bastante potente, así que imagino que se tratará del comandante. Me encogí de hombros y entré, confirmando al verlo que era él.
- Buenas tardes, shotaichou - dije cerrando la puerta tras de mí -. Soy Tatsumiya Madoka, teniente del tercer escuadrón, es un honor que me reciba. Aunque espero no llegar en mal momento...
Se le veía algo desaliñado y cansado, probablemente habría sido un día duro. "Bueno, en ese caso seguro que las pastitas le ayudarán a reponerse" pensé esperando de veras no importunar, porque se le veía bastante hasta arriba de trabajo. Noté mientras me acercaba que el tipo era imponente, yo parecía una niña pequeña a su lado. Incluso la cicatriz que cruzaba mi cara de lado a lado no parecía nada comparado con su aspecto curtido por los años y la experiencia.
- Estoy haciendo una ronda de... presentaciones por todos los escuadrones - proseguí haciendo una reverencia -. Para dar un poco a conocer mi escuadrón, que todo el mundo sepa que estamos ahí por si se necesita nuestra colaboración y... ese tipo de cosas - me sentía nerviosa y nada elocuente -. Oh y por las molestias de robarle su tiempo, espero que acepte estas pastas - le tendí la cesta -. Son caseras y me atrevería a decir que bastante buenas, señor. Osea, todo el mundo que las ha probado me lo dice... pero bueno puede juzgar usted mismo, claro. Si gusta...
Según hablaba, mi mirada era cada vez más baja por lo nerviosa que me sentía al hablar con tan alto cargo. Prácticamente al acabar la conversación había bajado mis ojos hasta la cesta y los había dejado clavados en ella. Era eso o me habría acabado mirando los pies. Tenía la sensación de haber llegado en mal momento y no sabía cómo arreglarlo.
- Buenas tardes, shotaichou - dije cerrando la puerta tras de mí -. Soy Tatsumiya Madoka, teniente del tercer escuadrón, es un honor que me reciba. Aunque espero no llegar en mal momento...
Se le veía algo desaliñado y cansado, probablemente habría sido un día duro. "Bueno, en ese caso seguro que las pastitas le ayudarán a reponerse" pensé esperando de veras no importunar, porque se le veía bastante hasta arriba de trabajo. Noté mientras me acercaba que el tipo era imponente, yo parecía una niña pequeña a su lado. Incluso la cicatriz que cruzaba mi cara de lado a lado no parecía nada comparado con su aspecto curtido por los años y la experiencia.
- Estoy haciendo una ronda de... presentaciones por todos los escuadrones - proseguí haciendo una reverencia -. Para dar un poco a conocer mi escuadrón, que todo el mundo sepa que estamos ahí por si se necesita nuestra colaboración y... ese tipo de cosas - me sentía nerviosa y nada elocuente -. Oh y por las molestias de robarle su tiempo, espero que acepte estas pastas - le tendí la cesta -. Son caseras y me atrevería a decir que bastante buenas, señor. Osea, todo el mundo que las ha probado me lo dice... pero bueno puede juzgar usted mismo, claro. Si gusta...
Según hablaba, mi mirada era cada vez más baja por lo nerviosa que me sentía al hablar con tan alto cargo. Prácticamente al acabar la conversación había bajado mis ojos hasta la cesta y los había dejado clavados en ella. Era eso o me habría acabado mirando los pies. Tenía la sensación de haber llegado en mal momento y no sabía cómo arreglarlo.
- FDI:
- No te extrañe que Madoka no se dé cuenta que Renjiro no está trabajando, ella cree que si está hasta arriba de trabajo siendo teniente, lo lógico es que el comandante más aún si cabe, y lo último que pensará es que se estaba echando una siesta xD
Tatsumiya_Madoka- Teniente del 3º Escuadrón
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Fecha de inscripción : 03/07/2011
Edad : 39
Localización : Madrid - ESPAÑA
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