Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ...:::Una afrutada visita:::...Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Habia terminado finalmente de revisar los papeles con los últimos movimientos de su escuadrón (poca cosa en realidad, ya ue aún estaban comenzando a buscar la ubicación para los puestos de vigilancia y demás) y una copia de los archivos debía ser llevada al Primer Escuadrón para que existiera doble constancia de ello. Como no tenía mucho más que hacer y había recibido una invitación directa del Comandante, Nariel se colocó la bata de hombreras sobre el haori, cogió la carpeta, una cesta de frutas que había preparado y salió de su escuadrón tras dejar las órdenes pertinentes a sus chicos.

Su paso era tranquilo, como siempre, y saludaba con amabilidad a todo aquel con el que se cruzaba. Le gustaba hablar con la gente, conocerla y saber de ellos. Le dio una manzana de la cesta a la hija de un oficial con el que había intercambiado algun que otro trabajo cuando era suna simple oficial y adeptó una invitación a té de otra antigua compañera para alguna tarde sin trabajo. Le gustaba esa calma pese a que en su interior se removía el temos a que terminara en un futuro no muy lejano: las temporadas de paz no suelen durar mucho.

Cuando por fin llegó al Primer escuadrón traspasó la puerta de acceso al recinto y se encaminó directamente hacia los enormes portones del edificio principal. Pasó tras saludar a un par de Oficiales, que se inclinaron al verla, y se encaminó directamente hacia el despacho del Comandante tras preguntar, eso sí, si estaba reunido o podía hablar con él.

Se situó delante del portón tranquilamente y, tras carraspear un par de veces, llamó con los nudillos de la mano libre a la espera de una contestación por parte del comandante dándola permiso para pasar.

Levantó la mirada hacia la puerta, mientras con un leve estruendo bajaba los pies de la mesa y se colocaba en una posición como de estar trabajando. Se crujió el cuello, se alisó la ropa y puso la mejor de sus sonrisas... no le apetecía otra bronca por no estar dando un palo al agua.

- ¡Adelante!

Esperando a que pasase, bien sentadito y puesto... ya se relajaría cuando viese que no venían a meterle la bronca.

-¡Adelante!- la firme voz del comandante salió del interior del despacho y la capitana sonrió ampliamente. Se recolocó u poco el pelo, acrraspeó y abrió con cuidado la puerta, empujándola con la mano libre.

-Buenas tardes, Comandante- dijo alegremente mientras accedía a la sala -Espero no haber interrumpido su trabajo, no era mi intención.

Con tranquilidad se giró para cerrar la puerta detrás de sí antes de acercarse hacia la mesa, dejándole la carpeta encima. Había escrito la fecha y el escuadrón encima, con una preciosa letra de caligrafía, muy bien cuidada, y su firma escrita en caracteres latinos en vez de orientales.

-Le traigo una copia de las acciones realizadas por mi escuadrón a lo largo de la semana para que la tenga- dijo, tranquilmente, antes de alzar la cesta de fruta con la mano contraria -Y una cesta de frutas por las molestias que pudiera ocasionarle la otra tarde. Está toda muy fresca y muy dulce, ya lo verá.

Tan pronto ella entró en el despacho, se relajó, dejando las cosas de nuevo en la mesa y sonriendo, estirándose con un deje de agotamiento.

- Espero no haber interrumpido su trabajo, no era mi intención.

Sonrió, levemente, quitandole importancia con una mano, haciéndole un gesto para que se sentase mientras sonreía.

- Para nada, para nada, adelante, siéntate...

La escuchó hablar, sonriendo amablemente, frunciendo levemente el ceño ante la mención de los informes, pero sonriendo y cogiéndolos, poniéndolos en la pila correspondiente, y volviendo a sonreír más ante la mención de la fruta.

- Es todo un detalle, no tendrías que haberte molestado...

Tomó asiento delante del Comandante con una amplia sonrisa. Aquel hombretón le había caído en gracia y quería conocerle mejor. Una cosa era trabajar y verse de evz en cuando y otra muy distinta charlar como conocidos o como amigos, entablar uan relación defuera del trabajo, y es lo que quería hacer, como había conseguido con otros Capitanes y Tenientes a los que apreciaba y quería con locura.

-Es todo un detalle, no tendrías que haberte molestado...- dijo el Comandante. La pelirroja sonrió dulcemente, posando sobre la mesa la cesta que había llevado consigo. Quitó el papel de color lila que la envolvía y dejó a la vista el montón y la variedad de frutas que había reunido para el presente. Habúa manzanas, fresas, cerezas, uvas y multitud de frutas tropicales que desprendían un dulzón y envolvente aroma.

-No ha sido molestia, Comandante. Además me parece de mal gusto llegar a visitar a un superior y no llevar ni siquiera un pequeño detalle- sonrió ampliamente, encantadora como siempre, mientras se acomodaba tranquilamente, reclinada sobre la mesa -Además ¿qué mejor que traer algo que me identifique como regalo? Me encanta la fruta, siempre estoy comiéndo, sobretodo si son cerezas- afirmó en un susurró, como si estuviera contándole un gran secreto, antes de echarse a reír.

Sonrió, apartando los papeles, dejándolos en otra mesa y ofreciéndole un asiento, mientras sonreía, estirándose y mirando un momento por la ventana. Era una tarde tranquila, y se agradecía la compañía.

Revisó con cuidado la carpeta que le había dado, aunque tampoco sin entrar en detalles, pasando un par de paginas, mirando que todo estuviese firmado y sonriendo, cerrándola y dejándola en el montón correspondiente.

- Un trabajo estupendo, como siempre, Nariel...

Se volvió a girar a mirarla, crujiéndose levemente el cuello y estirándose, mientras esperaba a que tomase asiento.

- ¿Todo bien en el Octavo Escuadrón? Espero que no te estén dando mucha guerra.

Cuando hablaba así, casi sonaba paternal, preocupado por la gente bajo su mando casi de la forma en la que un padre se preocuparía.

-¡Oh sí! La verdad es que las cosas por el Escuadrón van bastante bien- dijo, reclinada hacia él una vez acomodada en su asiento, cogiendo una cereza y llevándosela a los labios para darle un mordisco, tranquilamente -Los chicos son muy amables y trabajan muy bien, siempre que les pido algo lo hacen sin rechistar, cosa que me viene muy bien- una traviesa risita brotó de sus labios.

Se estiró ligeramente durante un instante, de manera felina, ladeando la cabeza para mirarle con sus violáceos ojillos. lo cierto es que seguía impresionándole su tamaño y a la par su tono patenernal... Su atractivo era innegable y aquello hizo que, por unos instantes, su mirada se quedara perdida en sus potentes músculos. Cuando se dio cuenta carraspeó y alzó la mirada hacia el Comandante, volviendo a devolverle una de sus encantadoras sonrisas-

-¿Y cómo le va a usted el trabajo como Comandante? ¿Mucho lio con los nuevos Capitanes o se entiende bien con ellos?

Sonrió, mirándola y crujiéndose un poco el cuello, mientras cogía una manzana, que en sus manos apenas era nada, dándole un mordisco y masticando casi la mitad de la misma con una leve sonrisa.

- Oh, el trabajo... que puedo decir... Tanto papeleo me exaspera... pero bueno... al menos no, los nuevos Capitanes y Capitanas no me estáis dando mucho trabajo... en la academia han hecho un buen trabajo con vosotros...

Riendo después, mirándola a los ojos y dándole otro largo mordisco a la fruta. Jugueteó con ella entre sus enormes dedos, mirándola y sonriendo, rascándose la nuca.

- De verdad que me alegro que estemos pudiendo reconstruir esto tan rápido... quien sabe que será lo próximo que vendrá de Hueco Mundo...

Se llevó a la boca la otra cereza, tranquilamente, masticando sin prisa ninguna mientras le escuchaba hablar. Cierto era que el Seretei había quedado terriblemente dañado después del cruento ataque por parte de Hueco Mundo pero, como dijo el Comandante, poco a poco empezaba a recuperarse y eso era une buena señal.

-Sí, es mejor estar preparados por si acaso ocurre alguna cosa- asintió tranquilamente, alargando la mano para coger otro par de cerezas -Pero creop que tampoco es bueno estar pensando siempre en que puede pasar algo malo, la vida está llena d epequeñas cosas agradables... ¡Como una buena cereza!- la alzó, con una dulce y amplia sonrisa en los labios.